Sol, toros, paella y siesta. Son algunos de los tópicos que nos acompañan cuando a los extranjeros se les pregunta por España. Según la encuesta elaborada en una decena de países de Europa, América, Asia y el Magreb, la calificación a la hora de valorar la imagen global de nuestro país ha pasado de 6,5 puntos sobre 10, en 2012, a 6,9 en 2015.
Los extranjeros que vienen a visitarnos a España cada año por nuestra Semana Santa piensan que es solamente una fiesta religiosa y que los españoles no contribuimos con el medio ambiente por estas fechas.¿ Es verdad?
Europeos y americanos piensan que maltratamos animales, como el toro, y los obligamos a hacer grandes esfuerzos, lo ven como algo antiguo y cruel y que no hace nada por la naturaleza es más que contaminamos. En cambio, el pueblo andaluz tiene una respuesta a todo esto y es la siguiente: España cuenta en la actualidad con más de tres millones y medio de hectáreas en más de 600 espacios con algún tipo de protección por su carácter natural. Tienen entendido que no hay que dejar de actuar de forma sostenible para evitar el deterioro del paisaje gracias a unas simples normas: generar los menos residuos posibles y no abandonarlos en la zona, no hacer fuego, no dañar a las especies de fauna y flora locales y respetar las normas de uso del espacio natural, entre otras medidas.
Coinciden en calificar las Semana Santa como un espectáculo misterioso. Hay quien incluso siente algo de miedo. Insisten que es una fiesta que no contribuye en una vida sostenible y verde por el derroche que conlleva pero también que la Semana Santa no contamina.
En conclusión la Semana Santa es una fiesta un tanto diferente y al mismo tiempo espectacular por las emociones que despierta.
Alvaro Tovar Ramos
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